La Manigua de Ariamna Contino
Para su primera exposición personal en Madrid, Ariamna Contino se adentra en el caótico universo de la sabiduría popular cubana. Utiliza como principal referente el concepto de manigua, vocablo de origen indígena que designa a un tipo de bosque tropical muy denso, presente en ecosistemas antillanos y que, al igual que la dehesa ibérica, se ha adaptado sin contratiempos a la acción y presencia constante del hombre. La base de su investigación es un libro escrito a mediados del siglo XX por el cubano José Seoane Gallo, en el cual fueron recogidos, a través de testimonios populares, interesantes remedios medicinales hechos con plantas extraídas de la manigua. Ha llamado especialmente la atención de la artista un grupo de preparaciones que tienen la virtud de sanar dolencias relacionadas con la voz y la vista, en otras palabras: la percepción y la palabra.
Una de las principales problemáticas del mundo contemporáneo es el desarraigo generado por nuestro movimiento contante entre un lugar y otro. Las identidades individuales están realmente afectadas y el verdadero conocimiento de la tierra y de todo aquello que nos provee, tiene poca relevancia para el día a día del individuo contemporáneo. Como resistencia a los efectos del viaje en su propia vida, Contino ha decidido construir una suerte de mapa cognitivo, un equipaje básico para llevar consigo a donde quiera que vaya. Para ello se ha apropiado del caudal de saberes que podemos encontrar en el libro “El folclor médico de Cuba” y ha generado su propia Manigua -con mayúscula-, inmaterial e interconectada estrechamente con la memoria. La ha desplegado en Madrid, no sin antes conectarla, enraizarla, contextualizarla. Para ello ha buscado entre las especies locales y en los herbolarios las plantas necesarias para producir los remedios que necesita: vicaria, manzanilla, romerillo, sauco blanco, entre otros. Entrelaza la palabra escrita, la evidencia científica, la herencia natural y el arte en un complejo proyecto que, si se quiere, puede ser comprendido como un archivo, una biblioteca, una cartografía; una gran única obra. Los guiños a la antropología, la estética relacional, la antropología y al arte procesual, son evidentes. Pero también, lo es el homenaje a la tradición. Ariamna inevitablemente alimenta su trabajo de las investigaciones realizadas a medianos del siglo XX por intelectuales cubanos como Lydia Cabrera y Alejo Carpentier o artistas como Wifredo Lam – quien nos legó una de las obras más relevantes del Arte Latinoamericano, La Jungla.
En los 1950, en una conversación entre Lam y Carpentier, este confesó que el verdadero motivo de observación que le llevó a pintar esa imponente tela que forma parte de la colección del MOMA, no fue el universo religioso afrocubano, como comúnmente se piensa, si no la caprichosa y profusa existencia de todo tipo de yerbas y plantas silvestres en su jardín. A su manera, él hizo un análisis poético de esa pequeña manigua que había echado raíces en el centro de su más íntima cotidianidad. Por ello, aquella ceremoniosa jungla, pintada en 1943, conecta inevitablemente con las investigaciones de Ariamna Contino, ochenta años después.
Ahora bien, ¿por qué entre los millares de especies de la manigua la artista solo escogió aquellas que sanan los ojos y las cuerdas vocales? Ambos órganos están estrechamente relacionados con la libertad individual. Y la artista nos presenta algunas maneras de sanar, reparar, proteger nuestra voz, nuestra opinión; nuestra perspectiva, nuestra realidad. En el mundo contemporáneo, donde la apariencia de las cosas cada vez es más engañosa y el ejercicio del poder individual cada vez más complejo, su gesto puede ser entendido como una invitación a la resistencia y a la defensa del sentido común.
Sin asomo de pretensión científica, Ariamna genera esta Manigua en medio de un mundo globalizado, alienado, desconectado. Nos provee de un meta relato cuyo tempo está marcado por el respecto a la cultura popular y a la tierra. Nos invita a participar de un diálogo intergeneracional y atemporal en la cual la única verdadera cuestión parece ser descubrir cómo sanar. Nos confirma, una vez más, que el arte es una conversación entre todos los hombres, de todas las épocas. Claramente actúa como un bricoleur.
Para Claude Lévi-Strauss el bricoleur es la persona que se propone estructurar epistemológicamente el caos natural y más allá de construir una estructura de conocimiento a partir de hechos brutos, recupera e interconecta los fragmentos de experiencias, estructuras y testimonios fósiles de la historia de individuos o de una sociedad previamente existente que responden a un mundo en el que ya no nos encontramos y que, sin embargo, sirven todavía para crear las taxonomías de un mundo nuevo. El bricoleur es el encargado de construir el pensamiento mítico contemporáneo.
Contino conecta su trabajo con papel, – técnica que ha desarrollado en los últimos quince años de una manera muy personal, fruto de su profundo conocimiento de las artes del grabado y la escultura – con un enviroment – que es un fragmento de su estudio en Madrid – y una compleja instalación-laboratorio – tipología que ha explorado tanto de manera individual como a dúo junto a Alex Hernández, en los últimos años.
Luis Sicre
obras
Ariamna Contino
De la serie Manigua,
Trepadera; remedio de Cundiamor, granadillo
y campanilla, 2024
Papel calado a mano / Cartulina para acuarela Fabriano
300 g Cold Press libre de ácido y cristal de museo
160 x 160 cm (63 x 63 in)
Ariamna Contino
Un nudo en la garganta, 2024
Instalación / Cristales de laboratorio, mangueras,
pinzas de laboratorio, motor de recirculación
y remedio para la voz de orégano y miel de abejas.
Dimensiones variables
Ariamna Contino
De la serie Manigua, Remedio a la ceguera; Vicaria y violeta, 2024
Papel calado a mano / Cartulina para acuarela Fabriano
300 g Cold Press libre de ácido y cristal de museo
83 x 83 cm (32.7 x 32.7 in)
Ariamna Contino
De la serie Manigua,
Mariposa, 2024
Papel calado a mano / Cartulina para acuarela Fabriano
300 g Cold Press libre de ácido y cristal de museo
32 x 22 cm (12.6 x 8.6 in)
Ariamna Contino
De la serie Manigua,
Las costillas de Adán y la mariposa, 2024
Papel calado a mano / Cartulina para acuarela Fabriano
300 g Cold Press libre de ácido y cristal de museo.
203 x 295 cm (79.9 x 116.1 in)
Ariamna Contino
De la serie Manigua,
Campanilla, 2024
Papel calado a mano / Cartulina para acuarela Fabriano
300 g Cold Press libre de ácido y cristal de museo.
32 x 22 cm (12.6 x 8.6 in)
Ariamna Contino
De la serie Manigua,
Remedio para la voz; romerillo y manzanilla, 2024
Papel calado a mano / Cartulina para acuarela Fabriano
300 g Cold Press libre de ácido y cristal de museo.
83 x 83 cm (32.7 x 32.7 in)
Ariamna Contino
De la serie Manigua,
Remedio para la ceguera; sauco blanco, 2024
Papel calado a mano / Cartulina para acuarela Fabriano
300 g Cold Press libre de ácido y cristal de museo.
83 x 83 cm (32.7 x 32.7 in)
Ariamna Contino
El atlas de mis paranoias, 2024
Instalación / Frascos de cristal con plantas
medicinales y testimonios, diversos implementos
de laboratorios y remedios medicinales.
Dimensiones variables.
Ariamna Contino
De la serie Manigua,
El colector de historia, 2024
Instalación / Cuerda de piano, sincronizador, dibujo de
grafito sobre papel de transferencia, plantas medicinales.
Dimensiones variables.
Desde el punto de vista etimológico, el origen del vocablo manigua se rastrea en el lenguaje de los taínos. Se refiere a un hábitat donde la naturaleza suele ser agreste, copiosa, exuberante al punto de ser impenetrable, y se le adjudica un conjunto de creencias sobrenaturales. En un sentido cultural la manigua es rito, la manigua es sincretismo, la manigua es rebeldía, es sanación y libertad.
En la manigua los primeros pobladores de Las Antillas desarrollaron su vida cotidiana y más tarde los esclavos africanos rememoraron las creencias religiosas de sus pueblos. Durante las guerras en Cuba ofreció resguardo al ser humano y el conocimiento respecto a las plantas que la habitan fue utilizado para sanar a los heridos. Todo este saber ancestral, en la actualidad ha quedado guarecido en la cultura popular, en manos de los “yerberos” y herbarios que celosamente defienden el potencial curativo
y ritual de las plantas que alguna vez fueron extraídas de la manigua cubana.
Para mí Manigua más que un espacio natural es un concepto: es el conocimiento que me acompaña a donde quiera que vaya y me auxilia en la praxis cotidiana. Tan compleja es su comprensión que solo en la intersección entre imaginario, escritura, ciencia, arte y tradición encuentro su más exacta representación. Solo trazando un “mapa cognitivo” alcanzo a repensarla.
En este proyecto he utilizado el libro de José Seoane Gallo, quién al borde de un drástico cambio social a principios de 1960 recopiló una serie de testimonios relacionados con la utilización de remedios a partir de plantas medicinales existente en el campo cubano. Su fin era salvaguardar esta sabiduría popular, la cual parecía destinada a desaparecer.
Ariamna Contino