THE ARMORY SHOW, 2024
Orestes Hernández - Nacho Martín Silva
6 – 8 de septiembre, 2024
Stand: P29 ( Presents Section)
Explorar las visiones surrealistas de los artistas Orestes Hernández y Nacho Martín Silva es una puerta abierta al complejo universo de la Imagen contemporánea. Estos dos pintores, lúdicos por excelencia, son grandes críticos del lenguaje y la historia de la pintura, así como de las políticas semánticas asociadas a ella. Nuestra presentación en The Armory Show llama la atención sobre una divertida y fresca selección de pinturas de gran formato y esculturas, obra reciente de estos artistas.
He venido aquí a presenciar la indagatoria, 2024
Escultura de madera ensamblada y policromada
89.5 x 40 x 73 cm (35.2 x 15.7 x 3.1 in)
Gran parte de la obra de Orestes Hernández surge de una especie de estética infantil -lúdica y perversa- que convierte el proceso de desmitificación del arte en un gesto de tremenda radicalidad. Sus esculturas más recientes reflejan una realidad engañosa que convoca la ironía y la franqueza al mismo tiempo. Sus personajes remiten a los universos del cómic y la mala pintura, de ahí el desconcierto que generan en el
el espectador, que se pregunta si lo que el artista presenta es un juguete alucinante o un retorcido objeto escultórico.
Extraño Paraíso 7, 2024
Óleo sobre lino
196 x 220 (77.2 x 86.6 in)
La pintura de Martín Silva podría calificarse de acarreo y reconsideración. Acarreo, no sólo porque el artista podría tomar imágenes preestablecidas, sino porque su estudio parece convertirse en una especie de almacén o trastero, donde imágenes y obras de arte -o intentos de ellas- se acumulan, y donde quizá, años más tarde, puedan encontrar sentido donde no lo tenían cuando allí, rechazadas por su falta de pertinencia y oportunidad. El estudio se convierte en una bodega; estos materiales ven pasar el tiempo y el artista vuelve a ellos, al barril para decantarlos y recuperarlos. Esto significa también que el estudio es una especie de archivo cartográfico; en medio de todo el desorden, en el proceso de búsqueda, o una deriva casi desinteresada desinteresado por todo lo que allí se acumula, el artista se topa con renuncias o amagos que con el tiempo o por las circunstancias de cada proyecto, pueden convertirlos en materiales válidos y pertinentes: son como flashbacks, un regreso al pasado a través de estos restos que le muestran cómo soluciones recién abiertas y caminos recién transitados (…)».
Juan Francisco Rueda.