Dentro del amplísimo movimiento que constituye el arte cubano contemporáneo, repleto de complejidades y modos diferentes de entender y proyectar la praxis creativa, se ubican una serie de figuras jóvenes interesadas en desmontar ciertos indicadores artísticos (aparentemente superados) que, aún hoy, continúan condicionando buena parte de la producción nacional. Sin ser este el objeto central de sus quehaceres –que pueden desplazarse indistintamente por cuestiones contextuales o universales– ellos han sabido incorporar las herramientas propicias para el análisis de los procesos artísticos, convirtiendo así su modus operandi en un contenido más dentro de sus obras.

En Karaoke varias nociones modernas que se mantienen pautando la creación, como pueden ser los conceptos de originalidad, irrepetibilidad, autoría, son revisitadas y puestas en tela de juicio desde la actualización de la mirada artística.