El papel puede ser considerado como un material indispensable en nuestra sociedad. Aún con el empuje de la era digital, su uso extensivo en las más variadas esferas continúa siendo motivo de alteraciones severas y complejidades políticas a nivel global. Penitencia es, entonces, un proyecto instalativo y procesual que parte del origen natural, transformación y utilización del papel como materia prima. Se construye en dos niveles físicos y metafóricos estrechamente relacionados por el gesto de replantar un bosque simbólica y físicamente. De esta forma se conectan en un circuito cerrado entre las dos estructuras. Un ciclo perfecto entre lo biológico y lo industrial donde metafóricamente se le devuelve al bosque aquello que se le ha quitado. El proceso del que parte esta instalación tendrá su punto culminante cuando cada pequeño arbusto sea entregado a disímiles visitantes. El bosque se disemina así, crece de forma espontánea, no controlada, como la naturaleza misma. Cada persona desde su decisión propia, puede no solo tener su árbol sino tomar partido y contribuir a esta realidad. Así, lo que inició siendo como un gesto individual del artista, se expande hacia lo colectivo.